
La educación escolarizada en Colombia para los grupos étnicos, nace ligada a la iglesia católica mediante el Concordato de 1886, celebrado entre la Misión Católica y el Estado, a través del cual éste les entrega la administración y dirección de las escuelas públicas de primaria para varones. Para 1928 la iglesia tiene la inspección de todos los establecimientos educativos de las intendencias y comisarías y en 1953 se afianza su labor educativa en tanto se ordena, "en adelante se llevará a cabo, dentro del espíritu y de acuerdo con la iglesia católica, apostólica y romana"( Bodnard: 1989).
Se le concede a la iglesia la facultad de crear, trasladar escuelas y realizar nombramientos de docentes para primaria y secundaria. Durante todo este tiempo la educación se ha impartido en castellano y con los programas oficiales que se tenían para todo el país. Además se instruían con la concepción de la superioridad del "blanco" y sus costumbres, con la finalidad principal de "civilizarlos e integrarlos" a la "cultura nacional". La modalidad más generalizada en este propósito fueron los internados escolares, en los cuales se "formaban" los adolescentes hasta por 5 años. En muchos casos los jóvenes de las comunidades eran obligados a ir por medios violentos. Esta institución tuvo permanente rechazo de los indígenas, lo que llevó a muchos a escaparse de esta situación de aculturación forzosa. Sin embargo, también hay otros que opinan que era la forma más adecuada para aprender el castellano y enriquecer las culturas.
La Etnoeducación en Colombia

Foto tomada por Ricardo Villalobos